La digitalización de una empresa no es una tarea compleja, pero debe ser previamente estudiada, y este proceso se complica un poco si se trata de una pyme. Sin embargo, no estamos hablando de un proceso de transformación digital integral sino de mejoras que pueden tener un carácter progresivo e incremental, a través de la incorporación de activos digitales que permitan mejorar su competitividad.
Algunos ejemplos, podrían ser la implantación de sistemas para la gestión del ciclo de vida de productos y servicios, de sistemas de gestión en materia de economía circular, de la automatización de la producción, la incorporación o mejora de sistemas de gestión empresarial y logística interna o externa, la incorporación de nuevos dispositivos, robótica colaborativa o sistemas basados en inteligencia artificial, o aplicaciones 4.0, entre otras.
Estas inversiones permitirán a muchas pymes acometer con más garantías el salto tecnológico necesario para abordar en el futuro procesos de mejora y transformación más complejos que las hagan más competitivas. Es muy aconsejable para ello contar con recursos humanos expertos propios, o bien con aquellos externos que orienten y faciliten el proceso.
En cualquiera de los casos, el punto de partida pasa por contar con un diagnóstico previo al inicio del diseño de la implantación.
Programas de apoyo como DIGITALIZA-CV, que en los últimos años ha apoyado más de 1.000 proyectos de digitalización de pymes, van a facilitar a las empresas la cofinanciación de sus inversiones en activos digitales, así como parte de los costes de diagnóstico, planificación o definición previos a la implantación, en los que se valore necesario.